jueves, 9 de julio de 2009

¡Ay, triste que vengo!




¡Ay, triste, que vengo
vencido d'amor,
magüera pastor!

Más sano me fuera
no ir al mercado,
que no que viniera
tan aquerenciado;
que vengo, cuitado,
vencido d'amor,
magüera pastor.

Di jueves en villa
viera una doñata;
quise requerilla
y aballó la pata;
Aquella me mata,
vencido d'amor,
magüera pastor.

Con vista halaguera
miréla y miróme;
yo no sé quién era,
mas ella agradóme,
y fuese y dexóme
vencido d'amor,
magüera pastor.

De ver su presencia
quedé cariñoso,
quedé sin hemencia,
quedé sin reposo,
quedé muy cuidoso,
vencido d'amor,
magüera pastor.

Ahotas que creo
ser poca mi vida
según que ya veo
que voy de caída.
Mi muerte es venida,
vencido d'amor,
magüera pastor.

(Fin)

Sin dar yo tras ella
no cuido ser vivo,
pues que por querella
de mí soy esquivo,
y estoy muy cativo
vencido d'amor,
magüera pastor.

Juan del Enzina.

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