viernes, 17 de diciembre de 2010

Ay, amor



¡Ay, amor que despierta las piedras!
¡Ay de aquel que no te sienta alrededor!
¡Ay, amor, que nos abres las puertas!
¡Ay, amor, tan necesario como el sol!
Cuando llamas estoy
a la hora que tú digas voy.

Tantas veces nos quitas la pena
como tantas es amargo tu sabor.
Ay, amor, del jardín, yerbabuena:
como espina puede ser el desamor.
Cuando llamas estoy,
a la hora que tú digas voy.

¡Ay, amor, que despierta las piedras!
¡Ay, amor, que derriba fronteras!

Si fuera posible amarrar,
tenerte siempre cerca,
poderte controlar,
saber cada paso que das,
si sales o si entras,
si vienes o si vas,
las narices a enseñar.
¡Ay, amor, como inmenso es el mar!

Es amor quien altera las venas
como inventa las mareas o la flor.
¡Ay, amor, que nos tienes en vela
y a quien duerme se le para hasta el reloj!
Cuando llamas estoy,
a la hora que tú digas voy.

¡Ay, amor, como polvo de estrellas!
¡Ay, amor, que derribas fronteras!

¡Ay, amor, que derriba fronteras!
¡Ay, amor, que despierta las piedras!


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